El Estado es el primero que parece tener abandonados a los habitantes de Sam Sam. Apenas existen infraestructuras sanitarias o educativas, ni interés por construirlas. Es por ello que el paro y el analfabetismo, aquí, son superiores a la media del país.
Los proyectos de construcción en Sam Sam tratan de cubrir necesidades básicas del barrio. Desde la construcción de un dispensario, que proporciona asistencia y tratamiento médico gratuitos, a la edificación de centros de formación en los que se imparten cursos a jóvenes. Formación en confección, en restauración y, próximamente, en carpintería y ebanistería.